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martes, 30 de junio de 2009

de pasa y grifería

Ojalá esto fuera un homenaje a Palés. Pero no. Es un texto catártico respecto a la situación que vivo en mi casa.
Ayer vino una persona a arreglar una humedad de la pared del baño. Por algún motivo, este sujeto decidió romper el piso para buscar el problema de la pared. Al hacerlo, se le fue la mano picando y pinchó un caño... ¡de la calefacción!
Con lo cual: pleno invierno: sin calefacción y sin agua caliente!!!
Para colmo, hoy vino otra persona a arreglar y parece q va a haber q levantar el piso de casi toda la casa!!!

Y bueno...así que tomando el título de Palés quise hacer este descargo que de vanguardista no tiene nada...pero bue...

miércoles, 24 de junio de 2009

¿La vida? (continuación)

B.:

Volví al búnker. Decidí no salir por dos semanas. Afuera es el infierno. Hay parciales y monografías acosándome. Las letras de un parlamento del SXVI golpean mi puerta sin parar.
Por suerte, me aseguré de cerrarla bien esta mañana.
Un tal Calisto grita del otro lado. Yo sé que no tengo que salir. Me encantaría estar afuera, tomar un poco de aire fresco. Pero sé que si salgo me puede caer un parcial en la cabeza.
¿vos cómo estás? ¿por dónde andarás?
Ojalá estuvieras acá para ayudarme. Sabé que siempre sigo tu consejo: "NO escuches a las monografías". Hace poco lo leí en otro lado, pero creo que hablaban de sirenas.
No sé. Sólo sé que mientras pensaba qué escribirte el cielo se fue nublando y ahora está empezando una llovizna de letras.
Realemente esto es un infierno...
No sé qué va a pasar

Escribime pronto
Te extraño

N.

viernes, 12 de junio de 2009

El cuerpo y las palabras

Hay algo adentro que le dice que se siente a la computadora, que se relaje, prenda el monitor, posicione sus manos sobre el teclado y empiece a escribir: sin objetivo, sin orden, sin sentido, random words, sin anticipación, sin un plan previo.

Es difícil dejarse llevar, la mente se resiste, el cuerpo se resiste, las manos se contraen y se relajan sin saber muy bien qué hacer. "Relajate" "No no no no" "Bueno...bueno sí" "mmmm" "bueno tal vez" "mmm esto me gusta" "pero no no" " relajate!" "no no no" "no puedo" "pero quiero" "mmm"

Los dedos se chocan entre sí. La mente se paraliza frente al teclado. Las manos se frenan. No saben qué hacer. No saben si continuar o no. Los dedos rozan el teclado con suavidad. Las manos se contraen cada vez que una tecla es presionada. Un escalofrío recorre todo el cuerpo cuando aparece un punto, una coma. La mente está en blanco, pero las manos se mueven con vida propia. Presionan, teclean, gozan.

De pronto la mente vuelve. Un "no" imperativo se escucha. No se puede escribir al azar, no se puede dejarse llevar, no es el momento, no es el lugar. La mente balbucea excusas y órdenes que se quedan a medio camino mientras las manos siguen gozando, mientras los ojos siguen el texto, deleitándose.

El cuerpo va siguiendo a las palabras de la pantalla sin escuchar las que vienen de adentro. Los hombros se relajan, se dejan atrapar por la escritura. Los brazos, las manos siguen el fluir del cuerpo que se contrae y se relaja a cada paso.

La mente ya no interfiere. Ahora sólo queda el cuerpo. El cuerpo y las palabras. Los dedos, el teclado, la pantalla. Todo se contrae, las manos ya no pueden escribir rígidas de placer. Finalmente se sueltan, se relajan, caen extasiadas en el punto final.