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miércoles, 31 de marzo de 2010

mujeres al borde (continuación de la discusión)

Continuando con una serie de debates que inició el post "Mujeres al borde de un ataque de nervios" publico una respuesta/repregunta a los comentarios que aparecieron en referencia a dicho post.

Obviamente que hay excepciones y casos particulares. Sin embargo uno nunca parece ser ese caso especial. Para no meternos en peleas de géneros. ¿Por qué será que a muchos y muchas les cuesta hoy en día conjugar vida profesional con vida "afectiva" digamos? Será tal vez porque las exigencias profesionales son cada vez mayores, entonces hoy con 30 años con suerte estamos empezando, cuando nuestros padres a esa edad quizás ya tenían una vida laboral más o menos estable.
(Quiero aclarar a los lectores que tengo bastantes años menos que treinta pero estas cosas me preocupan igual)

reflexiones frente al mar

Cabo Polonio es un lugar excelente para desenchufarse (literalmente) y tener tiempo para reflexionar, meditar, descansar, relajarse, desestresarse o lo que cada uno desee. Acá recupero uno de los textos que escribí en esas maravillosas playas. Todos los "pensamientos" que surgieron por esos días llevarán el tag de "Cabo".

Ayer sucedió algo muy extraño. Otra vez, una señal del universo. Veníamos hablando sobre la espera. Si esperar cosas de la gente es positivo o no; si no genera demasiada ansiedad y angustia innecesarias que pueden evitarse simplemente sin esperar nada de nadie. Yo argumentaba que primero debemos deshacernos de la connotación negativa de la frase "no esperar de alguien", porque la espera conlleva más sufrimiento que felicidad. Deberíamos dejarnos llevar más y disfrutar de lo que sucede sin estar esperando que el otro haga o diga lo que nosotros queremos o pensamos que debería hacer o decir. Así, podemos sorprendernos y disfrutar de todo lo que llega, sea lo que sea lo que recibamos.
Veníamos con estas reflexiones, cuando llegamos al hostel y nos pusimos a hervir agua para la cena. El dueño del hospedaje entró a la cocina y dijo: "El que espera desespera". No parábamos de reir. Era la frase adecuada en el momento justo.
Luego la cuestión se puso más interesante porque otro huésped, habitué del lugar, abrió la puerta, nos vio y preguntó: "¿Qué esperan: el tren, el micro, el amor?". "Todo eso" respondimos a coro. "No hay que estar esperando. Todo llega cuando tiene que llegar. Si uno se queda esperando ni siquiera puede disfrutar o siquiera ver lo que está llegando ahora. Es como si estuvieras esperando el colectivo y pasa un auto y no lo ven porque esperan el colectivo. Todo llega a su debido momento." sentenció y se fue de la cocina.

miércoles, 17 de marzo de 2010

pasen y vean

Una nueva revista web que promete mucho me ha publicado un cuento. Pasen y vean:

http://www.wix.com/trespalabras/tres

Chusmeen la página porque tiene cosas muuy interesantes

domingo, 14 de marzo de 2010

mujeres al borde de un ataque de nervios

Ciega a citas, The ugly truth , Simplemente no te quiere, la publicidad del pájaro carpintero de Twistos. ¿Por qué tantas películas sobre las mujeres de unos treintis que buscan el amor y no lo encuentran? ¿Cuánto pesan los mandatos sociales sobre ellas?
Hay un denominador común en todas ellas: mujeres alrededor de los treinta años (años más, años menos) que trabajan, que están en proceso de desarrollar su vida profesional, que buscan hombres y no los encuentran...
La eterna pregunta que se hacen las mujeres de hoy es cómo combinar una exitosa carrera con encontrar al hombre perfecto (o a un hombre al menos) y poder construir una familia.
El 2010 nos encuentra ante una situación crítica en cuanto lo económico a nivel mundial. Ya no sólo en nuestro país, que parece vivir signado por la inflación, sino también en La Europa o USA, esas tierras tan idílicas para los latinoamericanos no hay ninguna garantía a la hora de encontrar un trabajo. Formarse, tener un posgrado, MBA, experiencia, habilidades, aptitud ya no son sinónimo de un trabajo seguro. Incluso aquellos que han llegado escalar altas posiciones pueden ser dejados sin empleo de un día para el otro.
Entonces, frente a este panorama, las mujeres (y también los hombres) se preguntan qué les deparará el futuro. Y las mujeres, además, sentimos las presiones, sociales y biológicas, de casarnos, tener hijos, formar una familia. A la par de un trabajo que nos dé satisfacciones personales y materiales, porque una familia ya no se puede mantener sólo con el trabajo del padre.
En una de las películas antes mencionadas se dice que los hombres se ven "intimidados" frente a mujeres inteligentes, exitosas a nivel profesional. Otro lema recurrente es que los hombres no buscan enamorarse, ni casarse, sólo les interesa el sexo. Y más aún con alguien que puede representar una "competencia" ( la mujer exitosa "inmasculate" al hombre, dice uno de los personajes de una de las películas).

¿Es cierto esto? Invito a hombres y mujeres a opinar.

Mientras tanto Lucía (la protagonista de Ciega a citas, novela que nació de un blog dicho sea de paso) sigue buscando a un novio "normal", mientras va realizando notas cada vez más interesantes en la redacción...

miércoles, 10 de marzo de 2010

y esto

Pedacitos de vida

Pedacitos de vida
voy buscando en el camino.
Vidas grandes, vidas chicas.
Vidas anónimas, vidas famosas.
Vidas vividas.
Vivencias de otras vidas.
El problema radica en la construcción del ser.
Mientras grandes filósofos buscan una solución,
(o tal vez más preguntas)
yo sigo mi camino
buscando mis pedacitos.

Tarde

Tarde para decir te amo
Demasiado tarde
O, a veces, demasiado temprano.
Las palabras complican los sentimientos.
Ellos, tan simples y sinceros.
Y las otras, tan complejas y engañosas.
¿Y nosotros?
Pues bueno...

revolviendo el cajón encontré esto

Esta semana el mundo se me presentaba hostil. El exterior era un universo desconocido y hostil al que no me daban ni un poco de ganas de asomarme. Estaba muy bien, o muy mal, entre mis sábanas y té caliente. Allá afuera no tenía lugar para mí. Mi lugar estaba acá adentro, de este lado, detrás del vidrio mirando el afuera pasar, pero sin sentir deseos de zambullirme en él.

No me intrigaba qué podía acontecer allá, en el mundo real. En la vida fuera de los libros, la computadora, el escritorio, la cama; en la vida fuera de la biblioteca. Era un mundo hostil. Y cada vez que intentaba siquiera sacar una pequeña parte de mí hacia ese universo el viento me golpeaba en la cara, advirtiéndome: estás mejor adentro.

Manifestaciones, enfrentamientos, hambre, robo, droga, asesinatos, secuestros, dengue, gripe porcina, la peste bubónica. Ese afuera no me la hacía nada fácil. ¿cómo salir? ¿Por qué? ¿Para qué?

Para encontrar a ese amigo, que sabés que en unos años dejará de estar en tu vida, para encontrar a ese hombre o esa mujer que mañana se irá con otro sin siquiera avisarte, para ir a trabajar por una paga miserable, en algo que no te hace feliz y que, de a poco y sin que te des cuenta, te va robando tu vida.

¿Para qué?

Si mañana explota la bomba nuclear, se derriten los polos o simplemente tenemos un ataque cardíaco, ¿para qué?

¿Para qué todo?

Para qué tener un objetivo, estudiar, recibirse, perfeccionarse, trabajar, casarse, tener hijos, elegir el colegio, verlos irse, seguir trabajando hasta los últimos días; para qué tener todo planeado u organizado, o no, dejarse llevar por la vida, que nada nos importe y living la vida loca for ever. ¿Para qué todo? Si todos vamos a terminar igual.

Algunos creen en la vida después de la muerte, otros en la reencarnación, otros en la nada misma. Yo me encuentro en estas últimas debo decirles.

¿Para qué? ¿Para qué todo si todo va a seguir igual que siempre? Esos que murieron por sus ideales, para qué, de qué sirvió, si siguen las guerras, el hambre en el mundo, las enfermedades mortales y los desastres naturales.

¿Para qué todo?

Para andar en bicicleta un fin de semana, tomar sol al lado de la pileta, hacer un asado con amigos y dormir apapachados una noche de lluvia.